«El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante» me queda en la memoria y es que cada vez que leo El Principito de Saint-Exupéry descubro algo nuevo. Es que en cada etapa de mi vida encuentro una arista diferente. A veces pienso si alguien más le ocurrirá lo mismo. Estoy segura de que así es y quiero reforzarlo recomendándolo para estas vacaciones.
Podríamos equivocarnos y pensar que se trata de un libro para niños, un relato corto y nada más. De ser así hablamos de un piloto que se encuentra perdido en el desierto luego de que su avión
sufriera una avería, pero para su sorpresa, es allí donde conoce a un pequeño príncipe proveniente de otro planeta. Cierto es que la temática literalmente radica en ello, pero la reflexión es que
es un libro dirigido a los adultos, al niño que vive en nosotros y que hemos descuidado. Ahí es donde descubrimos las criticas sociales, el valor de la amistad y la esencia de las relaciones
humanas. Por ello es que ha medida que avanzamos en la lectura nos queda una sensación de nostalgia. Tantos valores, curiosidades e inocencia que vamos perdiendo al crecer.
Este magnífico libro es una suma de mensajes, una detrás de otra, y por eso cada lectura es diferente, siempre habrá un matiz que pasó desapercibido. No olvides lo más importante: "Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos."
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